¿Por qué los bebés lloran más cuando están con su mamá? Descubre las razones detrás de este fenómeno

El llanto de un bebé puede ser una experiencia desafiante para cualquier madre. A menudo, las mamás se encuentran preguntándose por qué su pequeño llora más cuando están cerca. ¿Por qué los bebés lloran más con la mamá? ¿Es solo una coincidencia o hay algo más detrás de esto?

Por qué los bebés lloran más con la mamá

Lo cierto es que existen varias razones por las cuales los bebés parecen llorar más con sus madres. En primer lugar, está el apego emocional que se desarrolla desde el primer momento de vida. Los bebés sienten una conexión muy especial con sus madres, ya que han pasado nueve meses en su vientre y han establecido un vínculo único.

Además, las mamás suelen tener un mayor conocimiento intuitivo sobre las necesidades de sus bebés. Son expertas en interpretar las señales y brindar consuelo inmediato. Esto puede llevar a que los bebés busquen el contacto materno cuando se sienten incómodos o desprotegidos.

Asimismo, el olor de la mamá desencadena una respuesta de calma y seguridad en el bebé. El aroma familiar y reconfortante les brinda una sensación de tranquilidad, lo que puede influir en la cantidad de llanto.

¿Por qué los bebés lloran más con la mamá?

La relación entre una madre y su bebé es especial y se caracteriza por una conexión única. Los bebés lloran más con su madre debido a diferentes factores que están presentes desde el momento del nacimiento.

Desde el vientre materno, el bebé está en constante contacto con su madre. Durante el embarazo, el bebé escucha el latido del corazón de la madre y reconoce su voz. Este contacto continuo crea un vínculo emocional sólido entre ambos.

Además, la madre es usualmente quien más tiempo pasa con el bebé y se encarga de sus cuidados básicos, como alimentarlo, cambiarle el pañal y bañarlo. Esta constante atención y cuidado hace que el bebé asocie a su madre como una fuente de satisfacción de sus necesidades primarias.

El olor también juega un papel importante. Los bebés tienen un sentido del olfato muy desarrollado y pueden reconocer el olor de su madre desde el nacimiento. Este olor les brinda seguridad y los calma.

Otro factor es el lenguaje no verbal. Las madres tienen una mayor habilidad para interpretar las señales y expresiones del bebé, lo que les permite responder de manera más rápida y eficiente a sus necesidades. Esto hace que los bebés se sientan comprendidos y contenidos emocionalmente.

La lactancia materna también fortalece el vínculo madre-bebé. Durante la lactancia, se liberan hormonas que promueven el apego, como la oxitocina. Además, el contacto piel a piel y el acto de amamantar generan una sensación de calma y seguridad en el bebé.

El vínculo especial entre la mamá y el bebé

La explicación radica en el intenso lazo emocional que se forma entre la mamá y su hijo desde el embarazo. Durante ese período crucial, el bebé se familiariza con la voz reconfortante, los movimientos suaves y los olores familiares de su madre. Estas experiencias sensoriales crean un entorno de seguridad y calma para el bebé, estableciendo a la mamá como una figura de consuelo y protección.

Cuando el bebé se siente frustrado, incómodo o necesita atención, naturalmente buscará la cercanía y el afecto de la persona con la que tiene un vínculo emocional más fuerte: su mamá. Esta preferencia se debe a que el bebé percibe la presencia materna como un refugio de amor y seguridad en un mundo desconocido y en constante cambio.

El llanto del bebé es una forma de comunicación fundamental para expresar sus necesidades y emociones. Cuando llora más con la mamá, no solo busca alivio físico, sino también consuelo emocional y seguridad afectiva.

El papel de la mamá como cuidadora principal

Desde el primer momento de vida, la conexión entre madre e hijo es profunda y única, lo que puede influir en la forma en que el bebé expresa sus emociones, incluido el llanto.

La mamá, siendo la figura principal de cuidado, está intrínsecamente sintonizada con las necesidades de su bebé. Pasar tiempo cercano y constante con el bebé le brinda una comprensión profunda de sus señales y lenguaje no verbal. El bebé, a su vez, percibe esta familiaridad y la calidez emocional que emana de la mamá.

Los bebés son sensibles a las emociones y estados de ánimo de las personas que los rodean. La mamá, al ser la figura más presente y cercana, transmite sus propias emociones al bebé. Si la mamá experimenta estrés, ansiedad o preocupación, el bebé puede reflejar esas emociones y manifestarlas a través del llanto.

La mamá, debido a su conexión innata con el bebé, suele poseer una intuición especial sobre cómo calmarlo y consolarlo. Esta capacidad intuitiva surge de la profunda conexión emocional que comparten y la comprensión instintiva de las necesidades del bebé. La mamá puede leer las señales del bebé de manera más efectiva, lo que fortalece aún más su vínculo emocional.

La influencia de la lactancia materna

La lactancia materna es un lazo sagrado que va más allá de la nutrición: es un vínculo emocional profundo que fortalece la conexión entre la mamá y el bebé. ¿Por qué, entonces, los bebés lloran más en presencia de la mamá?

El poder de la oxitocina

Durante la lactancia materna, se libera una poderosa hormona conocida como oxitocina, también llamada «hormona del amor». Este neurotransmisor desempeña un papel crucial en el establecimiento del apego emocional entre la mamá y el bebé. La oxitocina no solo induce la producción de leche materna, sino que también genera sentimientos de calma, seguridad y conexión.

El vínculo emocional durante la lactancia

El acto de amamantar es mucho más que simplemente nutrir al bebé: es un momento de intimidad compartida entre la mamá y su hijo. Durante la lactancia, el bebé se encuentra en contacto directo con la piel de su mamá, sintiendo su calor, su olor y su amor. Este contacto físico íntimo proporciona consuelo y seguridad al bebé, lo que puede llevarlo a llorar más en busca de esa cercanía reconfortante cuando está separado de la mamá.

Asociación entre mamá y alimentación

Para el bebé, la presencia de la mamá se asocia con la fuente primaria de alimentación y consuelo. El bebé aprende a reconocer los patrones y señales que preceden a la lactancia materna, lo que puede llevarlo a llorar más cuando anhela esa interacción nutritiva y emocional con su mamá.

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